Edificio

Del primer edificio, se conserva la portada de la Iglesia, en cuya parte superior se encuentra la imagen de Santa Ana, que le da nombre. El interior consta de una sola nave de planta rectangular, rematada por un ábside semicircular de austeridad monacal y de reducidas dimensiones.
En 1931, el Císter fue uno de los pocos edificios que no fue incendiado pero, en 1936, sí sufrió las consecuencias de la Guerra Civil.
De esta manera, esta pequeña iglesia, tan desconocida para los malagueños, ha sido recuperada para el culto por la Hermandad, siendo un templo de gran valor histórico, arquitectónico y religioso en la ciudad.